"TAKFIRES", "ABU DAHDAH" BUSCA LA EXPLICACION A LO INEXPLICABLE
Redacción.- El problema que encuentra el "centro de operaciones psicológicas" que está detrás de toda al campaña curgida tras el 11-S y el 11-M consiste en explicar porqué los islamismas "normales" no conocen absolutamente la fe islámica de los "terroristas internacionales". En efecto, se trata -siempre- de gentes que no visitan la mezquita o que son completamente desconocidos en las mezquitas. De ahí que sea preciso "inventar" nuevas vinculaciones y estructuras que, al menos durante unas semanas, mantengan cierto nivel de "despiste" y sorpresa en la opinión pública, hasta que, finalmente, se desvanecen y son sustituidos por otros del mismo calado. Ahora han saltado a la palestra los "takfires".
Pero el problema no es si Al Qaeda organiza a sus comandos en base a estos presuntos "tafkires": sino si Al Qaeda sigue existiendo después de casi 3 años del 11-S, cuando perdió su base en Afganistán o desde hace ocho años, desde el atentado al USS Cool, con una persecución a escala internacional por parte de todos los servicios secretos del mundo... incluidos los de los países islámicos. En esas condiciones, una organización, por clandestina que sea, no puede soportar la persecusión y su única actividad es la autodefensa.
La primera vez que se habló de los "takfires" fue hace casi un mes, exactamente el 21 de abril. La información llegó también a La Razón; decía así:
"¿Quiénes son los «tafkires»?
Los miembros de la facción fanática que pudieron profanar el cadaver del geo fallecido en Leganés, son una secta salafí, de origen wahabí, fundada en Egipto en los años 40, bajo el nombre de Takfir Oual. Se la considera como una herejía («aljvarij») dentro del Islam.
Se trata de una fación radical escindida de los Hermanos Musulmanes de Egipto fundado por Shukri Mustafa, juzgado y ejecutado por el asesinato del presidente Annuar el Sadat en 1981.
De Egipto saltaron a Argelia y Marruecos de la mano de los salafistas. En los noventa también se establecieron en Líbano y Sudán, donde algunos de sus miembros se asociaron a la red terrorista de Al Qaida y Ben Laden, que se encontraba refugiado allí tras la Guerra del Golfo.
Desde hace varios años, se han establecido en España bajo el paraguas de salafistas marroquíes, argelinos y tunecinos. En Marruecos, seguidores de los «takfires» han protagonizado extraños sucesos como la profanación de tumbas en cementerios judíos.
Este movimiento ultrareligioso permite incluso a sus adeptos asesinar a musulmanes, incluídos niños y mujeres, que no cumplan los preceptos más rígidos del Islam, para así evitar que se conviertan en infieles («kafires»).
Tras los atentados del 11-S, esta secta de corte nihilista está cogiendo muchos adeptos islamistas en Europa, principalmente entre los salafistas magrebíes y tiene su cuartel general en Londres, Reino Unido".
A su vez, la información reproducida por La Razón hoy dice así:
[De La Razón]
Al Qaida ha radicalizado sus comandos en toda Europa al incorporar «takfires»
Los servicios de inteligencia alertan de que esta ideología controla las «células durmientes»
Los servicios antiterroristas europeos han alertado de que la ideología de Al Qaida se ha radicalizado aún más con la expansión de los «takfires», grupo islamista que ha logrado hacerse con el control de las «comandos durmientes» en Europa. Forman pequeñas células, siguen los comunicados de Ben Laden, se camuflan como inmigrantes totalmente integrados en el país de acogida, con un trabajo legal y, en el caso de ser detenidos, «niegan que son devotos musulmanes, llegando incluso a beber vino y tomar jamón», según el informe policial al que ha tenido acceso LA RAZÓN.
Pedro Arnuero
Madrid- Los informes de los servicios antiterroristas destacan que la nueva Al Qaida tiene seis características comunes a los grupos salafistas asociados a la red terrorista que lidera Osama Ben Laden y que les diferencia de los antiguos. Primero, son células más pequeñas, formadas por seguidores de la ideología islamista llamada «Takfir wal Hijra» (Anatema y Exilio).
En segundo lugar, este núcleo duro de la organización es más fanático y agresivo. Tercero, son refugiados o inmigrantes con trabajos legales que han constituido «células durmientes que se activan para llevar a cabo atentados concretos. Cuarto, siguen devotamente los comunicados de Ben Laden que emiten los canales de televisión por satélite y las páginas web árabes. Quinto, saben como evitar los controles policiales, ya que son buenos conocedores del país donde residen. Y sexto, saben utilizar el «factor político» para sus fines, tal como ocurrió en los atentados del 11¬M en Madrid.
Sobre los «takfires» salafistas, los documentos de los servicios antiterroristas a los que ha tenido acceso LA RAZÓN señalan que están compuestos principalmente por marroquíes, argelinos, sirios y casi siempre tienen en el país donde están instalados un líder ideológico de origen egipcio. «Dentro de la nueva organización de Al Qaida en Europa, los takfires son los más duros y manipuladores. Están totalmente integrados y viven como un inmigrante más, lo que dificulta su localización. Son educados, amables y sus miembros suelen vivir juntos, como en una comuna o secta. Algunos de ellos pueden ser interrogados por la policía o los jueces, e intentan engañarlos negando ser buenos musulmanes, llegando incluso a beber vino y tomar jamón», apunta el informe.
«Takfir wal Hijra» ha conseguido aglutinar en torno suyo a dos grupos salafistas ejecutores el 11¬M: el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) y su honónimo el Grupo Combatiente Tunecino. Estas tres organizaciones están fuertemente implantadas en España. Según las mismas fuentes, el grupo de los «takfires» fue el que jugó un papel más destacado en la planificación y, sobre todo, la «concienciación ideológica» de los atentados del 11¬M. Para los investigadores policiales los «takfires» tienen su centro espiritual europeo en Londres con un imán radical conocido con el apodo de Oman Ben Salawi. Son considerados por el Islam como herejes, ya que no les importa atentar contra musulmanes sean niños o mujeres. Tal como adelantó este periódico el pasado 21 de abril, los «takfires» estarían trás el ritual macabro contra el cadáver del subinspector del GEO (Grupo Especial de Operaciones) muerto en Leganés en el asalto al piso de los terroristas kamikazes, presuntos autores de los atentados de Madrid
Lamentablemente, esta información no explica por qué, si se trata de una organización con cierta tradición en el mundo islámico... su nombre sólo aparece en Internet en relación con los dos artículos de "La Razón". Vanamente encontraríamos en cualquier otro idioma referencias a esta secta. "Testimonio único, testimonio nulo".
Si se lee con detenimiento la información, se entiende por qué ha sido filtrada; vean el siguiente párrafo: "se camuflan como inmigrantes totalmente integrados en el país de acogida, con un trabajo legal y, en el caso de ser detenidos, «niegan que son devotos musulmanes, llegando incluso a beber vino y tomar jamón»... lo que contribuye a explicar el por qué la mayoría de los detenidos por el 11-M o lo que se sabe de los suicidas del 11-S, no cumplen absolutamente ninguno de los reflejos que cabría explicar de un integrista islámico... Una maniobra que no podemos calificar sino de infantil. Repetimos: los detenidos del 11-M y los suicidas de Leganés eran chorizos, pequeños narcotraficantes, delincuentes comunes... su perfil no correspondía al de peligrosos terroristas internacionales.
Sin embargo, lo más sorprendente es que la persona que aludió por primera vez a los "takfires" fue... "Abu Dahdah", encarcelado y procesado por el sumario de Al Qaeda, como presunto jefe de la célula durmiente española. Entrevistado por El Mundo, Dahdah, explicó que:
«ABU DAHDAH» / Presunto responsable de Al Qaeda en España
"Doné sangre tras el 11-M. Sólo una herejía del Islam pudo hacerlo"
Imad Eddin Barakat Yarkas, de 42 años, de origen sirio y casado con una española, lleva encarcelado dos años y medio en la prisión de Soto del Real después de que el juez Baltasar Garzón le acusara de ser uno de los máximos responsables de la célula de Al Qaeda en España. Conocido en los ambientes islámicos como Abu Dahdah, su historia vuelve a aparecer ahora en todas las líneas de investigación tras conocerse que el nombre de Jamal Zougam, uno de los detenidos por los atentados del 11-M en Madrid, figuraba en su agenda.
En su módulo le llaman El peregrino, porque mantiene su apostolado coránico entre los más necesitados, y hace apenas tres meses recibió la noticia del nacimiento de su sexto hijo, concebido en un bis a bis en prisión. El nacimiento de su quinto vástago se produjo también varios meses después de su detención. Tras declarar por voluntad propia ante el juez Garzón el pasado jueves, Imad concedió esta entrevista a CRONICA mediante un cuestionario entregado a su abogado Jacobo Teijelo.
PREGUNTA.- ¿Cuál es su grado de relación con el detenido Jamal Zougam?
RESPUESTA.- Le conocía como cliente de sus tiendas de Lavapiés.Primero le compraba fruta, pepinos sobre todo, y después lotes de tarjetas para mis móviles. Me movía mucho por ese barrio porque es un lugar obligado para comerciantes como yo y su tienda de móviles era especialmente famosa por lo barato. Tomamos café alguna vez y teníamos amigos comunes. Nada más. Es incierto que viajásemos juntos. No éramos amigos.
P.- ¿Pensó en él cuando se enteró de los atentados de Madrid?
R.- En absoluto. Lo primero que sentí fue una preocupación enorme por mis hijos porque algunos toman el tren para Atocha a esas horas. Nosotros vivimos en Vallecas y, por lo tanto, mi familia podría haberse visto afectada. Me parece terrible, inasumible para nadie lo sucedido. Eso no puede ser obra de un buen musulmán porque nuestra religión condena claramente este tipo de matanzas.Y más si hay mujeres y niños.
P.- Entonces, según usted, ¿quién puede haber concebido semejante salvajada?
R.- Eso es lo que he tratado de explicarle a Garzón. Como estudioso del Islam puedo afirmar que existe una herejía denominada Aljuarij o Aljanerej, que traducido significa algo así como Anatema y Exilio, cuya materialización es un grupo nacido en Egipto en los años 40 llamado Takfir Oual para los que todos los musulmanes son susceptibles de ser asesinados por no cumplir los preceptos más rígidos de la religión. Incluso las mujeres y los niños para que en un futuro no sean infieles. Sólo gente así puede haber hecho esto. En Egipto se esconden en cuevas del interior del país estudiando el Corán. Son difíciles de detectar porque actúan individualmente y no se suicidan en los atentados. Ellos fueron quienes mataron a Sadat y actuaron con terrible violencia en Argelia. Es una especie de movimiento nihilista o anarquista, como los de principios de siglo en Europa, que está cogiendo muchos adeptos entre la gente más pobre de los países musulmanes.Precisamente, conocí a uno de sus miembros en un viaje a Londres, discutiendo con el mulá Abu Qatada, quién le echó fuera de la mezquita por lo radical de sus ideas.
P.- Entonces, ¿ni ellos ni usted tienen que ver con Al Qaeda?
R.- Al Qaeda, tal y como la han presentado en Occidente, no existe.No es como una especie de Demiurgo que todo lo controla. Se trata de grupos independientes entre sí que actúan con un fin común.Es un cajón de sastre que se han inventado para explicar estas tramas. Yo nunca oí hablar de ellos hasta poco antes de los atentados del 11-S. Creo que los servicios de investigación están mal enfocados porque es imposible infiltrarse en estos grupos terroristas.Y, por supuesto, yo no tengo nada que ver con ellos. Todo esto es una locura.
P.- ¿Cómo es su situación en la cárcel?
R.- Después de los atentados me aislaron por si sufría alguna represalia. Pero fue todo lo contrario. Los mismos que al principio me llamaban Talibán ahora me daban ánimo. Leo y pienso mucho.Ese jueves recé más que nunca y estuve dos días casi sin comer.Doné sangre y he rechazado esos atentados públicamente, ante todo el que ha querido oírme. Porque soy musulmán y quiero que oigan mi versión de los hechos. Después de lo que ha pasado tendría todo perdido. Pero soy inocente...
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Las "gargantas profundas" que intoxican a los medios de comunicación, se limitaron a recuperar este relato de Abú Dahdah y "adornarlo" con los detalles que explican el porque los presuntos terroristas islámicos, son... poco islámicos.
Pero el problema no es si Al Qaeda organiza a sus comandos en base a estos presuntos "tafkires": sino si Al Qaeda sigue existiendo después de casi 3 años del 11-S, cuando perdió su base en Afganistán o desde hace ocho años, desde el atentado al USS Cool, con una persecución a escala internacional por parte de todos los servicios secretos del mundo... incluidos los de los países islámicos. En esas condiciones, una organización, por clandestina que sea, no puede soportar la persecusión y su única actividad es la autodefensa.
La primera vez que se habló de los "takfires" fue hace casi un mes, exactamente el 21 de abril. La información llegó también a La Razón; decía así:
"¿Quiénes son los «tafkires»?
Los miembros de la facción fanática que pudieron profanar el cadaver del geo fallecido en Leganés, son una secta salafí, de origen wahabí, fundada en Egipto en los años 40, bajo el nombre de Takfir Oual. Se la considera como una herejía («aljvarij») dentro del Islam.
Se trata de una fación radical escindida de los Hermanos Musulmanes de Egipto fundado por Shukri Mustafa, juzgado y ejecutado por el asesinato del presidente Annuar el Sadat en 1981.
De Egipto saltaron a Argelia y Marruecos de la mano de los salafistas. En los noventa también se establecieron en Líbano y Sudán, donde algunos de sus miembros se asociaron a la red terrorista de Al Qaida y Ben Laden, que se encontraba refugiado allí tras la Guerra del Golfo.
Desde hace varios años, se han establecido en España bajo el paraguas de salafistas marroquíes, argelinos y tunecinos. En Marruecos, seguidores de los «takfires» han protagonizado extraños sucesos como la profanación de tumbas en cementerios judíos.
Este movimiento ultrareligioso permite incluso a sus adeptos asesinar a musulmanes, incluídos niños y mujeres, que no cumplan los preceptos más rígidos del Islam, para así evitar que se conviertan en infieles («kafires»).
Tras los atentados del 11-S, esta secta de corte nihilista está cogiendo muchos adeptos islamistas en Europa, principalmente entre los salafistas magrebíes y tiene su cuartel general en Londres, Reino Unido".
A su vez, la información reproducida por La Razón hoy dice así:
[De La Razón]
Al Qaida ha radicalizado sus comandos en toda Europa al incorporar «takfires»
Los servicios de inteligencia alertan de que esta ideología controla las «células durmientes»
Los servicios antiterroristas europeos han alertado de que la ideología de Al Qaida se ha radicalizado aún más con la expansión de los «takfires», grupo islamista que ha logrado hacerse con el control de las «comandos durmientes» en Europa. Forman pequeñas células, siguen los comunicados de Ben Laden, se camuflan como inmigrantes totalmente integrados en el país de acogida, con un trabajo legal y, en el caso de ser detenidos, «niegan que son devotos musulmanes, llegando incluso a beber vino y tomar jamón», según el informe policial al que ha tenido acceso LA RAZÓN.
Pedro Arnuero
Madrid- Los informes de los servicios antiterroristas destacan que la nueva Al Qaida tiene seis características comunes a los grupos salafistas asociados a la red terrorista que lidera Osama Ben Laden y que les diferencia de los antiguos. Primero, son células más pequeñas, formadas por seguidores de la ideología islamista llamada «Takfir wal Hijra» (Anatema y Exilio).
En segundo lugar, este núcleo duro de la organización es más fanático y agresivo. Tercero, son refugiados o inmigrantes con trabajos legales que han constituido «células durmientes que se activan para llevar a cabo atentados concretos. Cuarto, siguen devotamente los comunicados de Ben Laden que emiten los canales de televisión por satélite y las páginas web árabes. Quinto, saben como evitar los controles policiales, ya que son buenos conocedores del país donde residen. Y sexto, saben utilizar el «factor político» para sus fines, tal como ocurrió en los atentados del 11¬M en Madrid.
Sobre los «takfires» salafistas, los documentos de los servicios antiterroristas a los que ha tenido acceso LA RAZÓN señalan que están compuestos principalmente por marroquíes, argelinos, sirios y casi siempre tienen en el país donde están instalados un líder ideológico de origen egipcio. «Dentro de la nueva organización de Al Qaida en Europa, los takfires son los más duros y manipuladores. Están totalmente integrados y viven como un inmigrante más, lo que dificulta su localización. Son educados, amables y sus miembros suelen vivir juntos, como en una comuna o secta. Algunos de ellos pueden ser interrogados por la policía o los jueces, e intentan engañarlos negando ser buenos musulmanes, llegando incluso a beber vino y tomar jamón», apunta el informe.
«Takfir wal Hijra» ha conseguido aglutinar en torno suyo a dos grupos salafistas ejecutores el 11¬M: el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) y su honónimo el Grupo Combatiente Tunecino. Estas tres organizaciones están fuertemente implantadas en España. Según las mismas fuentes, el grupo de los «takfires» fue el que jugó un papel más destacado en la planificación y, sobre todo, la «concienciación ideológica» de los atentados del 11¬M. Para los investigadores policiales los «takfires» tienen su centro espiritual europeo en Londres con un imán radical conocido con el apodo de Oman Ben Salawi. Son considerados por el Islam como herejes, ya que no les importa atentar contra musulmanes sean niños o mujeres. Tal como adelantó este periódico el pasado 21 de abril, los «takfires» estarían trás el ritual macabro contra el cadáver del subinspector del GEO (Grupo Especial de Operaciones) muerto en Leganés en el asalto al piso de los terroristas kamikazes, presuntos autores de los atentados de Madrid
Lamentablemente, esta información no explica por qué, si se trata de una organización con cierta tradición en el mundo islámico... su nombre sólo aparece en Internet en relación con los dos artículos de "La Razón". Vanamente encontraríamos en cualquier otro idioma referencias a esta secta. "Testimonio único, testimonio nulo".
Si se lee con detenimiento la información, se entiende por qué ha sido filtrada; vean el siguiente párrafo: "se camuflan como inmigrantes totalmente integrados en el país de acogida, con un trabajo legal y, en el caso de ser detenidos, «niegan que son devotos musulmanes, llegando incluso a beber vino y tomar jamón»... lo que contribuye a explicar el por qué la mayoría de los detenidos por el 11-M o lo que se sabe de los suicidas del 11-S, no cumplen absolutamente ninguno de los reflejos que cabría explicar de un integrista islámico... Una maniobra que no podemos calificar sino de infantil. Repetimos: los detenidos del 11-M y los suicidas de Leganés eran chorizos, pequeños narcotraficantes, delincuentes comunes... su perfil no correspondía al de peligrosos terroristas internacionales.
Sin embargo, lo más sorprendente es que la persona que aludió por primera vez a los "takfires" fue... "Abu Dahdah", encarcelado y procesado por el sumario de Al Qaeda, como presunto jefe de la célula durmiente española. Entrevistado por El Mundo, Dahdah, explicó que:
«ABU DAHDAH» / Presunto responsable de Al Qaeda en España
"Doné sangre tras el 11-M. Sólo una herejía del Islam pudo hacerlo"
Imad Eddin Barakat Yarkas, de 42 años, de origen sirio y casado con una española, lleva encarcelado dos años y medio en la prisión de Soto del Real después de que el juez Baltasar Garzón le acusara de ser uno de los máximos responsables de la célula de Al Qaeda en España. Conocido en los ambientes islámicos como Abu Dahdah, su historia vuelve a aparecer ahora en todas las líneas de investigación tras conocerse que el nombre de Jamal Zougam, uno de los detenidos por los atentados del 11-M en Madrid, figuraba en su agenda.
En su módulo le llaman El peregrino, porque mantiene su apostolado coránico entre los más necesitados, y hace apenas tres meses recibió la noticia del nacimiento de su sexto hijo, concebido en un bis a bis en prisión. El nacimiento de su quinto vástago se produjo también varios meses después de su detención. Tras declarar por voluntad propia ante el juez Garzón el pasado jueves, Imad concedió esta entrevista a CRONICA mediante un cuestionario entregado a su abogado Jacobo Teijelo.
PREGUNTA.- ¿Cuál es su grado de relación con el detenido Jamal Zougam?
RESPUESTA.- Le conocía como cliente de sus tiendas de Lavapiés.Primero le compraba fruta, pepinos sobre todo, y después lotes de tarjetas para mis móviles. Me movía mucho por ese barrio porque es un lugar obligado para comerciantes como yo y su tienda de móviles era especialmente famosa por lo barato. Tomamos café alguna vez y teníamos amigos comunes. Nada más. Es incierto que viajásemos juntos. No éramos amigos.
P.- ¿Pensó en él cuando se enteró de los atentados de Madrid?
R.- En absoluto. Lo primero que sentí fue una preocupación enorme por mis hijos porque algunos toman el tren para Atocha a esas horas. Nosotros vivimos en Vallecas y, por lo tanto, mi familia podría haberse visto afectada. Me parece terrible, inasumible para nadie lo sucedido. Eso no puede ser obra de un buen musulmán porque nuestra religión condena claramente este tipo de matanzas.Y más si hay mujeres y niños.
P.- Entonces, según usted, ¿quién puede haber concebido semejante salvajada?
R.- Eso es lo que he tratado de explicarle a Garzón. Como estudioso del Islam puedo afirmar que existe una herejía denominada Aljuarij o Aljanerej, que traducido significa algo así como Anatema y Exilio, cuya materialización es un grupo nacido en Egipto en los años 40 llamado Takfir Oual para los que todos los musulmanes son susceptibles de ser asesinados por no cumplir los preceptos más rígidos de la religión. Incluso las mujeres y los niños para que en un futuro no sean infieles. Sólo gente así puede haber hecho esto. En Egipto se esconden en cuevas del interior del país estudiando el Corán. Son difíciles de detectar porque actúan individualmente y no se suicidan en los atentados. Ellos fueron quienes mataron a Sadat y actuaron con terrible violencia en Argelia. Es una especie de movimiento nihilista o anarquista, como los de principios de siglo en Europa, que está cogiendo muchos adeptos entre la gente más pobre de los países musulmanes.Precisamente, conocí a uno de sus miembros en un viaje a Londres, discutiendo con el mulá Abu Qatada, quién le echó fuera de la mezquita por lo radical de sus ideas.
P.- Entonces, ¿ni ellos ni usted tienen que ver con Al Qaeda?
R.- Al Qaeda, tal y como la han presentado en Occidente, no existe.No es como una especie de Demiurgo que todo lo controla. Se trata de grupos independientes entre sí que actúan con un fin común.Es un cajón de sastre que se han inventado para explicar estas tramas. Yo nunca oí hablar de ellos hasta poco antes de los atentados del 11-S. Creo que los servicios de investigación están mal enfocados porque es imposible infiltrarse en estos grupos terroristas.Y, por supuesto, yo no tengo nada que ver con ellos. Todo esto es una locura.
P.- ¿Cómo es su situación en la cárcel?
R.- Después de los atentados me aislaron por si sufría alguna represalia. Pero fue todo lo contrario. Los mismos que al principio me llamaban Talibán ahora me daban ánimo. Leo y pienso mucho.Ese jueves recé más que nunca y estuve dos días casi sin comer.Doné sangre y he rechazado esos atentados públicamente, ante todo el que ha querido oírme. Porque soy musulmán y quiero que oigan mi versión de los hechos. Después de lo que ha pasado tendría todo perdido. Pero soy inocente...
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Las "gargantas profundas" que intoxican a los medios de comunicación, se limitaron a recuperar este relato de Abú Dahdah y "adornarlo" con los detalles que explican el porque los presuntos terroristas islámicos, son... poco islámicos.
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